Tras el éxito ocasionado por el estreno de “A través de mi ventana” en Netflix, se confirmó el lanzamiento de una segunda adaptación cinematográfica de esta bomba en ventas. Solo ha hecho falta un año y medio más para poder visionar “A través del mar” en la plataforma. Y, ¿Cómo definiría esta segunda entrega? Fácil, gente guapa tomando el sol que se quiere de forma muy dudosa.
¿De qué trata esta segunda parte? Ares y Raquel han llevado una relación a distancia, ya que el joven decide irse a Estocolmo a estudiar medicina. A su vuelta, retoman la relación en plenas fechas de San Juan donde descubren las grietas que el tiempo ha dejado en su amor.
Bajo mi punto de vista, esta entrega hace alarde del dicho que sostiene que las segundas partes nunca fueron buenas. Este hecho está sustentado en las relaciones que visibiliza: tóxicas, llenas de celos y todas notablemente desgastadas. Estas tres razones sustentan el drama de la película, pero no expresan ningún tipo de evolución, sino que por el contrario pecan de lineales.
De esta forma, se deriva en un final que hemos visto en multitud de ocasiones en las novelas y películas juveniles donde se advierte al espectador de que si lleva un camino similar al de sus protagonistas podría tener un final trágico. Bajo mi punto de vista, es un exceso de lágrimas.