Las series sirven para llevarnos a temporadas pasadas, al futuro o para hacernos soñar. Quizá, en muchas ocasiones sean una mezcla de las tres cosas. Este cúmulo de emociones se une en «Todas las veces que nos enamoramos«, la comedia romántica española disponible en Netflix.
Con Franco Masini (Julio) y Georgina Amorós (Irene) al frente del reparto, la serie refleja una historia de amor universitario. Irene llega a Madrid con un sueño: convertirse en directora de cine. En la universidad conoce a sus mejores amigos y a Julio, el protagonista de sus quebraderos de cabeza.
El primer gran acierto es que sabe despertar en el espectador la nostalgia de sus tiempos universitarios. Además, plasman con brillantez el entusiasmo que se vive en los primeros pasos por esta institución. Y rematan la jugada poniendo una historia de amor surgido entre sus paredes, solo al alcance de muy pocos.
Por otro lado, el peso actoral lo llevan los personajes secundarios. Da (Carlos González) y Jimena (Blanca Martínez) inyectan a la serie toda la personalidad, siendo no normativos y grandes referentes para los jóvenes.
Por último, tengo que resaltar que los saltos temporales tienen poca credibilidad puesto que los personajes no experimentan a penas cambios físicos con respecto a su juventud. Este sería un detalle fundamental para mejorar de cara a una nueva temporada.