18 de julio. Una fecha que quedará marcada.
El día había llegado. Después de muchos meses de espera, de imaginármelo, de escuchar una y otra vez sus canciones, era el momento de vivirlo.
Nervios, pelos de punta y con cierta inquietud. Así comenzó todo. Llegamos con tiempo para poder observar todo, escuchar a Mike Dean y a Kaytranada. Y una maravilla, la verdad. Cada uno con su estilo, pero con algo en común que les hace ser diferentes.
De pronto, las luces se apagaron y el show estaba a punto de comenzar.


Con gritos y mucha emoción, los primeros sonidos de “Take My Breathe” hicieron vibrar el Metropolitano. Y así con todas las canciones, una tras otra. Todas tenían algo especial, algo distinto que hacía que el público se enganchará aún más.
Fuego es el significado de “The Hills” que hizo que todos nos quedáramos boquiabiertos con el espectáculo que estábamos presenciando.
El momento en que se quitó la máscara, fue de las mejores sensaciones. Todavía quedaba mucho por dar y, vaya que sí.
Turno de “Out of time”. No pude evitar sentir que flotaba. Necesitaba escucharla en vivo, era algo necesario y así ha sido. Por poco pierdo la voz, con eso te digo todo.
De las canciones más especiales que siempre recordaré es “Die for you”, que tanto a mi prima como a mi, se nos escapó una lágrima. Era muy fuerte todo lo que estábamos viviendo.


¿Y qué me decís de los saltos de canción en canción? Sin palabras. La unión entre “Save Your Tears” > “Less Than Zero” > “Blinding Lights” hizo que se retumbara todo.
Logró unir a más de (numeros de asistentes) con una única intención: el disfrute, el bailar y olvidarse del exterior aunque fuesen por unas horas.
Se le veía feliz y cómodo. Eso es buena señal, ya que sabemos con certeza de que le ha gustado España. El público. El cariño que se le ha brindado y que merece. Ojalá vuelva pronto. Con su nuevo y último disco como The Weeknd. Una nueva era de viene.
Gracias, Abel.