Tras una más que igualada noche de 9 de mayo, ya conocemos a los primeros finalistas que acompañarán al Big Five y Ucrania en la gran final de Eurovisión el 13 de mayo en Liverpool. Nos hubiera gustado poder decir que ha caído alguna sorpresa, pero todo ha seguido el «guion» de lo que los eurofans predecían.
Croacia, Moldavia, Suiza, Finlandia, República Checa, Israel, Portugal, Suecia, Serbia y Noruega son los diez primeros finalistas que acompañarán a España, Reino Unido, Francia, Italia, Alemania y Ucrania.
Clasificados Primera Semifinal
Croacia parecía que no, pero sí. Este año se posiciona, sin duda, como la puesta en escena más… digámoslo llamativa. Los pequeños dictadores apostaron por dar la nota y divertir al público, y lo consiguieron. No llamaron la atención solo por su coreo, no. El tono final de vocal demostró por qué la banda de rock Let 3 lleva casi 40 años en la industria.
Moldavia es otra de esas canciones que se te pegan, pero que te hacían dudar si, por lo reñida que estaba la semi, llegaría a la final. Pues ni más ni menos que la segunda clasificada con Pasha Parfeni y su hipnótica banda.
Suiza conquistó con la balada de Remo Forrer. Una puesta en escena algo estática y cinematográfica que destacó por el gran chorro de voz de Remo. Es muy obvio, no somos muy de baladas, pero sí reconocemos una buena voz y es lo que tiene el representante suizo. Ahora, que la puesta en escena… Simple, pero valió un pase a la final, que es lo que importa.
Finlandia era, probalemente, una de las candidaturas que era más obvio que pasaría ala final. El Cha Cha Cha, tan pegadizo que hasta las presentadoras no podían dejar de bailarlo, tenía que llegar al sábado en Liverpool. Käärijä lo dio todo en una de las puestas en escena más movidas de la semifinal. Aunque el cantante se veía algo cansado por momentos, la energía de la base y sus bailarines hicieron que todo siguiera como estaba planeado.
La República Checa/Chequia era otra de las candidaturas que parecía tener el tiquet asegurado por todo el fenómeno fan que despertó. Vesna buscó la emoción a través del ritmo con My Sister’s Crown y una actuación que destacaba sobre todo por la escenografía de las pantallas y el poderoso estribillo del tema. Hubiese gustado mucho más una actuación similar al videoclip del tema, mucho más gráfico. Pero la voz del grupo y la felicidad que derrochan en el escenario serán un buen apoyo para la final.
Israel se convirtió en la siguiente semifinalista con Noa Kirel y su Unicorn.
Portugal y Mimicat no podían faltar. Es una de las canciones más locales junto con nuestra Blanca Paloma, y estas cosas no pueden faltar en un festival que apoya la multiculturalidad. Ai Coração estuvo continuamente arropada por el público, especialmente en los momentos en los que Mimicat sacaba sus pasos de baile más sensuales.
Suecia estaba claro que no iba a faltar a la final eurovisiva. Loreen demostró que fue la reina del festival y que, aunque pasen los años, el público la seguirá amando. Quizá su Tattoo no es tan icónico como lo fue Euphoria, pero la sueca sabe bien lo que hace y todo lo que hace sobre un escenario termina siendo admirable. Aunque toca ser honestas: Loreen, nos hubiese encantado verte fuera de esa plataforma. Su puesta en escena es muy cinematográfica, por lo que se echa de menos el acercamiento al público. Por todo lo demás, viva Loreen.
Serbia destacó de principio a fin con Luke Black y su Samo Mi Se Spava. Tiene todo lo que nos gusta ver en Eurovisión: canciones que se salen de la norma, objectos para interactuar en el escenario y una coreo más que llamativa con una escena que parece sacada de videojuego. Nos ha recordado bastante a la actuación de Megara en el Benidorm Fest. Con eso se dice todo.
Noruega fue la primera en actuar y la última en ser escogida. No temblaba solo Alessandra por la posibilidad de quedarse fuera, sino media Europa. Es una de las canciones más populares dentro y fuera del festival y, aunque actuó en primer lugar, no podía olvidarse. La Queen of Kings tuvo una actuación poco movida, pero gracias a sus bailarines y las luces pudo salvar ese punto. Lo que más destacó fue, sin duda, la nota final con la que dejó mudo al escenario.