Laura Pausini desciende del mítico Olimpo para aterrizar en el Wizink Center

Laura Pausini desciende del mítico Olimpo para aterrizar en el Wizink Center

Tendemos a pensar que las musas viven en un mundo lejano al nuestro y que quizá, no tienen forma humana. Pero anoche, recién llegada del Olimpo Italiano, Laura Pausini demostró que merece ser descrita con este nombre mítico al que buscamos cuando nos falta inspiración.

Durante este concierto que conmemoró el 30 aniversario de la italiana en la música, deseé muchas veces que se convirtiese en materia, para poder regresar a él y convertirlo en legado para las próximas generaciones. Además, mis ojos pestañearon menos de lo normal, para intentar ejercer de foco de cámara con el que almacenar en mi mente cada instante. Supongo que esto es lo que se siente cuando se tiene ante los ojos a la mismísima Historia.

El concierto comenzó con un empate entre el apagado de luces y la puntualidad propia del transcurso del minutero del reloj. Precisamente, este acontecimiento fue celebrado con «El primer paso de la luna», un gran paralelismo con el arte de la artista, que arropada por un excelente grupo de bailarines, demostró que su magia es capaz de crear una hermosa grieta en la atmósfera para inundiar el espacio sideral. Y de hecho lo hizo, y esta vez no estoy hablando de forma metafórica, sino que subida sobre un ascensor rumbo al cielo de Madrid, entonó «Durar».

Tras varios éxitos de su reciente lanzamiento «Almas Paralelas», la artista convirtió al piano en su timón para surcar mares sentimentales. Sin duda, Pausini logró ser totalmente transparente para visibilizar su intimidad más pura en temas como «Así Celeste» o «Frente a nosotros».
Además en todo momento el público fue esencial, ya que la cantante también les dejó subir al escenario para disfrutar de un Wizink Center hasta la bandera.

Minutos después, un enorme sofá con forma de cara nos hizo bucear entre las profundidades de la «Caja» de Laura Pausini para derivar en la cara más social de la artista, la cual recordó que todos somos «Similares» a la hora de amar, así como a las víctimas de la violencia de género en «Yo Sí» o las barbaries que está creando el cambio climático en «Tierra Humana».

La recta final, fue como si la artista nos enseñase la vía de acceso al cielo de los Dioses de la mitología romana, del cual nos va a ser difícil bajar a más de uno. «Amores extraños», «La Soledad» y «Se fue» fueron la Santísima Trinidad para finalizar una jornada bañada en letras de oro.

Por supuesto antes de terminar mis líneas, tengo que volver a aplaudir la gran puesta en escena, el brillante trabajo audiovisual, de baile, voz y banda, así como la calidad humana de la artista.

¡Larga vida a Laura Pausini!

Laura Salas

Soy fan, luego existo

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