Una buena amistad es aquella que por más que pase el tiempo, no te cansas nunca de escuchar. Una de esas artistas que nos crea esta sensación es Leire Martínez, la cual sedujo al CCME con su nueva era musical.
La artista nos cantó su pasado, ese al que muchos estamos atados de por vida gracias a recuerdos imborrables. Empezó con «El Último Vals» y prosiguió con «La niña que llora en tus fiestas», hasta desembocar en «Tres Deseos». Sin duda, fue una preciosa metáfora de mirada al futuro.
El final fue una escalada hasta el cielo. «Rosas» fue la emoción en la piel y «Mi Nombre», una promesa de empoderamiento infinito.