Las fiestas de verano, son como el hilo rojo que nos devuelve a la adolescencia. Cada canción, es un recuerdo encapsulado en acordes y esta fue la propuesta de Ana Guerra en las fiestas patronales de Pinto. La tinerfeña fue la encargada de abrir la semana de festejos, y sin duda, estuvo a la altura de las circunstancias.
«Contar mentiras» fue la canción que abrió la velada. Lejos de hacer honor a su título, las canciones llovieron verdad a raudales. Con un discurso firme, reivindicó el amor libre en «Qué Sabrán», el amor propio en «Me quiero más a mí» o el tiempo como mayor regalo de vida en «Tic Tac», «Tarde o temprano» y «Cambio de hora».

Tras seducirnos con «Bajito», llegó «Despierta», donde el recuerdo de una fan que miraba desde el cielo, hizo acto de presencia. Acompañada de su hermana, nos regaló un recuerdo difícil de borrar.
Y como un huracán, finalizó con tres auténticos ases. «Ni la hora» y «Lo Malo» fueron dos de las canciones más esperadas y «Tal para cual» el brillo que te hace creer en el amor.
Gracias Ana.

