Extracto de mi TFG: «La evolución de los programas musicales de Televisión Española: desde los años 80 hasta la actualidad» presentado en mayo de 2022 en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid.
En 1988 se aprueba la Ley de Televisión Privada, que obliga a los nuevos canales a realizar una cobertura tanto en el plano nacional como territorial y controlar los tiempos de publicidad, especialmente los máximos.
Con esta Ley aprobada, en la Navidad de 1989 comienzan a emitir en pruebas las televisiones privadas. Tan solo un mes más tarde, ya en la nueva década, Antena 3, Canal + y Tele 5 comenzaron sus emisiones regulares.
La llegada a la parrilla televisiva supuso el fin de la hegemonía de TVE y el comienzo de la batalla por cosechar la mayor audiencia posible. Las consecuencias que supuso esta lucha fueron un incremento de los minutos destinados a la publicidad y un descenso de sus tarifas. En cuanto a programación, se aumentaron las horas de retransmisión hasta la madrugada y surgió el acto de la contraprogramación, para quitar audiencia a la competencia.
Además, al aumento de canales televisivas, supuso el aumento de la variedad de programas. El público pasó de ser un mero espectador a ser un factor fundamental en la programación, puesto que puede decidir que ver y que no mediante el zapping. Los directores de los canales televisivos en la década de los 90 declararon que si un espectador veía a alguien cantando en la televisión automáticamente la quitaban (Enrique Rey, 2021).
Ante ello, Televisión Española optó por “la prueba y el error”. Relegó en la parrilla a los programas musicales a altas horas de la noche y apostó por fórmulas renovadoras, como es el caso