Me gustaría dejaros con una reflexión que escribí anoche sobre el concierto de Malú en Madrid con su Oxígeno Tour.
Que sí, que sí… Creedlo… Llevo despierta desde las 4:30 de la mañana. Os preguntaréis que si soy masoca o algo… Pues no, hoy no era un día cualquiera, hoy la jefa volvía a su palacio. Y yo me sorprendo a mi misma que sea la 1:15 de la mañana y no sea capaz de irme a dormir sin antes intentar contar todo lo que se me ha pasado por mi incansable cerebro (que aún estando de concierto no para) durante las más de 12 horas de espera y las dos horas de concierto.
Pues eso que el día empezaba bien pronto, casi “fiesta nacional” para mi y para la otra amante de la música con la que convivo, mi madre. Quizá no me he dado cuenta que hoy los dos años de espera llegaban a su fin hasta que he entrado al Winzik Center, ya más “casa” que estadio. En resumen, que ya era 14 de diciembre.
Y de pronto la tienes de frente: una figura más que divinizada por mi misma. Aquella que me invitó a seguir creyendo en la música cuando tenía más que razones para no hacerlo. Y porqué no decirlo, una de las razones por la que pisas por los pasillos de la universidad con más fuerza. Laura, confía que esa entrevista y ese ansiado abrazo llegará algún día, seguro.
Total que te tiras todo el concierto entre la “llorera” máxima y la euforia, ¿o iban las dos cosas de la mano?. Además de que compruebo, que no todos los superhéroes llevan capa, al menos a Malú no la hace falta para “volar” por el techo del palacio o para ponerse un gigantesco vestido.
Un concierto en el que encuentro una vez más el porqué de ser “malulera” en “Blanco y negro”. Que en “No voy a cambiar” vuelvo a mi infancia, cuando “Desafío” fue el primer disco en llegar a casa de la mano de mi madre (así que mamá la culpa es tuya). Además de saltar hasta tocar el cielo en “Caos” o en “Como una flor”, sí, de Madrid al cielo, pero pasando por el directo de la jefa. “Aprendiz”, que sigue ahí, tan bonita, tan sencilla… Y sí Malú me ha cantado a la cara “Todos los secretos”, ¿puedo morir en paz?.
En resumen, que Malú es la magia de la fugacidad, que tarda en llegar, y se va dejando huella, rápidamente. Es espectáculo,es voz, es sentimiento, levantar los cuernos al viento y lucha. Y sobretodo esa persona que te da “Oxígeno” y te aísla en su maravillosa en su maravillosa burbuja, dejándote en una sonrisa de tonta que va a durar muchos días y que cuando desaparezca volverá al recordar semejante noche.
¿Y yo me iba a quedar ahí? Pues va a ser que no, ¡Vamos a por el segundo asalto!