En Italia se gestó un huracán que a base de trabajo y originalidad alcanzó la cima ansiada por tantos y tantos artistas. De esta cumbre, decidieron saltar al vacío, pero teniendo como paracaídas a todos y cada uno de sus temazos. Estoy hablando de los eurovisivos Måneskin.
Después de arrasar con su caballo ganador “Zitti e buoni” hubo un tema que desató pasiones entre el público mundial “I wanna be your slave”. Se trata de un tema que pisa tan fuerte como una manada entera de elefantes, y por lo tanto deja huella, no solo en las listas de ventas, sino también en la mente de cualquiera, sumergiéndolo en una dulce condena: el tararear este tema una y otra vez. La letra por su parte representa a un amor desmedido e incondicional.
El videoclip no ha tardado mucho en llegar y como era de esperar, el público lo ha acogido con los brazos abiertos. Por ello, los números hablan solos, ya que superan los 20 millones de visualizaciones.
A base de una gama cromática extensa, crean su uniforme de roqueros originales que llegan dispuestos a marcar una nueva época. En el videoclip recurren a las miradas intensas y a actitudes provocadoras, que rompen con estereotipos sexuales y de género. Por lo tanto, considero que es un elemento indispensable y digno de agradecer. Además, la electricidad y la igualdad de protagonismo ante las cámaras entre todos los miembros del grupo los abalan.