La música de Pablo Alborán ha curado tras más de 10 años de carrera las heridas de medio mundo. Como una fuente infinita, no para de esculpir fuentes de agua milagrosa con sabor a éxito enredado en versos poéticos. El cantante malagueño publicó el pasado 14 de enero un nuevo sencillo titulado “Castillos de arena”, donde ha vuelto a ponernos el alma en carne viva.
Esta canción es santo y seña del sonido de Alborán. Apuesta por su enigmático susurro que tan bien cala la piel narrando las historias, rompiendo en el estribillo como lo hacen las olas contra el acantilado.
El artista teje con mimo los versos para crear una enorme bandera cuyo escudo es un enorme corazón. Esta historia se traslada al videoclip, donde un astronauta llega a un nuevo planeta. Allí un niño le enseña a disfrutar de las pequeñas cosas de la vida, mostrando que no hay límites ni fronteras cuando se trata de amar.