Álvaro de Luna ha dado su primer paso en solitario después de su etapa en Sinsinati con “Juramento eterno de sal” el pasado 5 de noviembre.
El cantante, se convierte en la arena de un paraíso de agua de sal en pleno verano. La guitarra marca la aventura, para eclosionar en un estribillo que suena a recuerdo tatuado, pues abraza la vida y el cerebro, pues se pega de una manera brillante.
La letra, es como un flasback a un recuerdo añorado, que bien podría ser la libertad pre-vírica.
El videoclip, es una fusión de colores tierra con el mar. De él se puede beber mucha vida.