Hay un elemento que puede hacer olvidar la ola de calor madrileña: un pequeño oasis musical, en el que una musa llamada Belén Aguilera no solo acaricie las teclas del piano, sino también los corazones de los espectadores.
La artista catalana fue el pistoletazo de salida al ciclo conmemorativo del Día de la Música patrocinado por el Corte Inglés en la céntrica plaza madrileña de Callao. Precisamente, no podría haber una metáfora mejor, puesto que Aguilera es la mejor definición de música.



El pequeño showcase tuvo la intimidad idónea fruto de las letras al desnudo sobre el piano, pero también la grandiosidad que produce un público entregado.
En cinco canciones la artista resumió su carrera musical. Los ya himnos «Vértigo», «Inteligencia Emocional» y «Camaleón» convivieron con la eterna «Mía» y la nueva incorporación, «Antagonista».
Tras ello, la artista trató con humildad y profesionalidad a todo aquel que quiso llevarse a casa el disco firmado. La artista no solo cuida con su música, sino también en el cara a cara.