Comprar un disco es un acto muy valioso, pues es adquirir un trozo del corazón de un artista que sobre sus versos ha fotografiado sus sentimientos. Estos, pasan a ser del mundo y a representar las historias de los demás en los conciertos. Álvaro de Luna con el lanzamiento de su disco «UNO», nos permitió vivir todo este viaje de transposición de almas e hizo vibrar cimientos del Gran Teatro Caixabank de Madrid.
El concierto comenzó al desnudo, ya que mostró «Juramento de Sal» tal y como vino al mundo, con solo una guitarra. Posteriormente, derivó en los derroteros hogareños de «Nos quedará» y «Cuando éramos dos».
Esta noche de presentación se definió como la sensación que se instala en el estómago cuando un avión está a punto de despegar. La adrenalina salió por la boca de los asistentes, para abrazar la existencia del ser humano en «La Boca» o «Rockstar», y sus respectivos sentimientos en «La Jugada» y «Todo contigo». Fue hechizante contemplar la armonía del artista con su público.
Posteriormente, una sorpresa con viento sudamericano se comió el escenario. Pues Timø junto a De Luna formaron un tándem galáctico.
La fiesta de «UNO» finalizó con «Tu nombre» y «Portarnos mal». Aunque aún quedaba la traca de fin de fiestas formada por una trilogía bañada en oro: «Levantaremos al sol», «Indios y vaqueros» y «Juramento eterno de sal».
¡Que tu salto sea eterno Álvaro!