En muchas ocasiones, cuando una serie toca techo de continuo, para sus creadores le es difícil seguir el ritmo en la calidad de su trama. Considero, que este es el principal problema de Cuéntame en su temporada 21.
Su tercer episodio, aporta poco o nada a la historia global de la serie. Pues, por un lado, tenemos el salto temporal a 2020, con un escaso tiempo de duración dentro del episodio y sin ningún tipo de acción que nos mantenga pegados a la pantalla. Por otro, todos sus personajes están estáticos alrededor de la cama del hospital de Antonio Alcántara, pues recordemos que acaba de sufrir un accidente.
Hay una falta de rigor histórico muy considerable. Curioso es que se manifieste en un acontecimiento del pasado año. Falta de medidas de distanciamiento social en la primera ola, los familiares entran a ver a los enfermos de Covid a las habitaciones… Increíble pero cierto.
El “ciclo sin fin” sigue su transcurso para los dos hermanos mayores de la familia. Inés, con un nuevo fracaso sentimental, que la convierte en un personaje aburrido y condenado a un sufrimiento con el que a estas alturas de la serie y después de tantas recaídas me es muy difícil conectar. Por otro, Toni, que antepone su trabajo a su mujer. En su caso, se atisba en el horizonte a un viejo amor que estoy segura de que hará tambalearse su estabilidad matrimonial.
En el caso de Mercedes, no se si es mejor opinar o guardarme lo que pienso para mi círculo familiar. Pierde totalmente su esencia, para seguir siendo sombra de su marido, o exmarido, relación que ya no se ni como denominarla.
La trama misteriosa, es decir, saber quien ha sido el conductor a la fuga que ha atropellado al patriarca de los Alcántara, va extremadamente despacio, impidiendo el dinamismo.