Corría el año 2014 cuando un divertido alegato en forma de canción contra los suegros nos invadía con su ritmo pegadizo. Andrés Ceballos en “Paraíso” comenzaba a cantar “tu padre no me quiere ni un minuto al mes, tu madre te prohíbe la palabra Andrés”. Su dulce voz nos dejaba claro que iba a nacer un grupo con mucho que contar y una forma totalmente distinta de narrar a lo que estábamos acostumbrados.
Poco después nacería “Justo Ahora”, un exitoso disco que desde los comienzos sentó las bases del proyecto de Dvicio. Desde el comienzo del grupo hasta el final reinaron, gracias a su frescura carismática y su poder para poner romántico a todo aquel que los escuchase.
Años después y tras derrochar potencia en todas las ciudades españolas publicaron “Que tienes tú” donde sellaron una historia de amor no solo con nuestro país, sino con Latinoamérica y algunos otros países europeos y asiáticos. Una vez más, consiguieron crear un auténtico temazo que llegaría a calar hondo en la historia del pop español como “Casi Humanos”.
La pandemia llegó y nos hicieron soñar con su tercer disco titulado “Impulso”. Apostaron por una variedad ordenada de colores y sabores sonoros, publicando un compacto muy especial. Esta tónica continuó firme en su último disco “El Laberinto”, donde no solo demostraron una indiscutible madurez, sino también la definición ideal del amor.
Haciendo ruido se marcharon, puesto que para mi este disco ha sido el mejor de su historia. Aunque, una vez más la industria se mantiene silenciosa y no homenajea como es debido a un grupo que ha sabido mimar como nadie el pop español.
Su marcha duele, aunque esperamos que sus caminos no se distancien del día a día musical y sigan dándonos vida con su arte.