Siete en punto de la tarde, ese tic nervioso por querer salir pronto de clase e intentar llegar a tiempo a la firma de discos de José Luis Perales.
Ayer no me tocaba ser a mi la fan, podría decirse que yo formo parte de esa generación que ha crecido con su música, y que de forma inevitable ha pasado de formar parte de la historia de mis padres a la mía.
«Mirándote a los ojos», es el título de su último trabajo. Una antología ideal para poner el broche de oro, donde recopila todos sus grandes éxitos, acompañados por otros que han pasado más desapercibidos. Una vuelta de tuerca para decir adiós a los escenarios.
Madrid siempre responde, y más con un público tan fiel, pues poco importa si era miércoles o las frías temperaturas de la capital. Una cola bastante larga me recibió a mi llegada al Corte Inglés de Castellana.
Paralizada al tener a tal maestro delante y al ver a mis padres más nerviosos que yo, viendo el claro reflejo del fenómeno fan en sus caras, el artista nos recibió con una sonrisa de oreja a oreja.
La sencillez es una de sus grandes virtudes, y no dudó en responder con una anécdota de sus tiempos de oficinista cuando le confesé haberme escapado de clase para verle.
¡Qué nadie se asuste! Perales no piensa retirarse de la escritura ni de la música, pues confesó tener algún proyecto literario en mente.
Sin duda alguna, queda mucho Perales todavía. Un privilegio estar a su vera por unos breves instantes. Gracias maestro.
aca lo estamos esperando en Washington D.C. en abril… Dios te bendiga por cantarle al amor en todas sus formas… gracias por darnos momentos de felicidad en tus canciones