• mayo 19, 2024 2:42 am

Lola Índigo desata pasiones en Alcalá de Henares.

Yo ya había sido consciente del huracán que es vivir a Lola Índigo encima de un escenario, pero en la noche de ayer en Alcalá de Henares me lo volvió a demostrar de nuevo. Lola Índigo es un gran show condensado en poco tiempo, un no parar, sin descanso, las cinco bailarinas se dejan la piel sobre las tablas. Es luz y generosidad, pues en Lola Índigo brillan cinco, y Mimi deja que sus bailarinas nos demuestren porqué han venido a nuestras vidas y han revolucionado nuestra música.

Cuando ya pensaba que mi garganta no podía seguir cantando, y mi corazón había sido robado por Alfred, llegó ella, Lola Índigo. Con su fortaleza, volvió a mandarnos al estrellato, consiguió que lo diésemos todo, que cantáramos a la vida, sin importar absolutamente nada. No se podía empezar de mejor forma, que con todo un himno como «Mujer Bruja».

De éxito a éxito y tiro por que me toca, «Maldición» fue la encargada de instaurar el ambiente de misterio digno de un Akelarre.

Escuchar a Lola Índigo es celebrar que estamos vivos, un canto al Carpe Diem. Así nos lo demostró con «Subliminal», enseñándonos que la vida son dos días y hay que bailarla.

Un oasis de emoción llegó de la mano de una de mis debilidades, «Amor Veneno», nos puso un nudo en la garganta. Un cambio de registro radical, el momento perfecto para que Mimi una vez más, nos demuestre que ella también es voz. Ojalá más temas como este pronto.

La cantante es perfectamente consciente de la gente que la quiere, de que supone un esfuerzo económico asistir a un concierto. Ella es una luchadora nata, que siempre se refugia en su gente, en sus fans, eso la hace grande, provoca que sea imposible no quererla. Con el mensaje de que el amor más importante es el que nos tenemos a uno mismo, nos regaló «Autoestima».

Siempre me gustaron los artistas con principios, aquellos que defienden la libertad. Mimi es una de ellas, que defendió la libertad de la mujer con una canción de su amigo Yera, «Borracha».

El público, pidió con todas sus fuerzas las últimas canciones: la recién llegada al repertorio «Lola Bunny» y la canción que ha roto fronteras y éxitos «ya no quiero na».

Pero la granadina no quiso que el concierto acabase con la traca de energía que supone «Ya no quiero na», si no que, como buena hechicera hizo magia, regalarnos «Luna», la cual, espero pronto tenerla, para escucharla dia y noche. 

Ya tenéis la crónica del concierto de Alfred en el siguiente enlace.

De Alcalá de Henares hasta Marte de la mano de Alfred García.

Laura Salas

Soy fan, luego existo

Por Laura Salas

Soy fan, luego existo

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