Una gala de Mask Singer siempre es sinónimo de locura e infarto. Gala a gala y desenmascaramiento a desenmascaramiento consiguen mantener enganchado al espectador. Esta nueva gala ha conseguido superar las expectativas de los fans acérrimos. Pero, antes que nada, vamos a compartir nuestras teorías más locas.
La gala la abrió una nueva máscara internacional. Las continuas referencias al mundo de la moda y el abanico con la bandera del Orgullo LGTB formó en mi mente la idea de que se trataba de una diva del movimiento. El nombre de las Spice Girls estuvieron encima de la mesa y yo me decanto por Victoria Beckham.
A continuación, salió al escenario Dragona con unas pistas un tanto generalistas, dirigidas por las directrices de persona fiestera y con un castillo. A pesar de que no consigo cuadrarla dentro del rango de edad que aparenta su voz, creo que es Dulceida.
El trio de ases lo cerró Rana con la más que evidente pista de que es una persona dedicada al mundo del espectáculo. Vuelvo a sacar del cajón de la pasada edición a Miguel Ángel Muñoz, un artista más que polifacético.
El siguiente duelo comenzó con Huevo. Su tono de voz interpretando todo un himno como “Tenía tanto que darte” para mi tiene una clara actriz: Belén Cuesta. Aunque intento justificar la pista referida a su internacionalidad con su papel en La Casa de Papel.
Finalmente llegó la desenmascarada de la noche: Gatita. Una auténtica fantasía allá por donde las haya ya que se trataba de nada más y nada menos que Isabel Preysler. Todo un regalo que personas de su talla se presten a este tipo de programas.