• septiembre 9, 2024 7:57 am

Cine Crush: El cine homoerótico involuntario en nuestro despertar sexual

“No descubrí mi sexualidad con un compañero de colegio, tampoco con un amor de
verano. Descubrí mi sexualidad con Kurt Russell en Golpe en la pequeña China.” (p.13).
Actores heterosexuales que en un principio creían generar rubor al público femenino,
sin quererlo ni saberlo, hacían que las minorías del colectivo tuviesen un espacio de
ocio en el que poder descubrirse y soñar sin miedo a los prejuicios de la sociedad.
Popy Blasco pretende resaltar como el cine convencional creado para el público
heterosexual ha generado un despertar en los grupos sociales homosexuales y como
estos han marcado nuestras infancias y adolescencias. No muy lejos de su línea, en
2013 escribió Yo fui teen en los 90 y en 2004 un blog llamado “PopyB” uno de los mas
longevos en castellano en el cual habla, comenta y reseña distintas películas y series
desde un punto de vista menos heteropatriarcal, apreciando las temáticas LGBTIQ+ en
el cine, lugar en el donde otros no lo ven.

Siguiendo con el comentario del libro, podemos destacar que se centra en el despertar
sexual involuntario que hay gracias a la televisión. Aquí explica como el autor, en primera
persona, descubrió su orientación sexual y como la sociedad intentando oprimir todo
detalle homosexual generaba un espacio en donde se apreciaba un erotismo de manera
muy indirecta para los homosexuales. Todo esto a base de ejemplo de las distintas
películas y series de televisión que han ido saliendo a lo largo de los años. Cine Crush
podría decirse que es un libro que va dirigido a todo el público ya que puede servir de
ayuda a muchas personas que sienten miedo o vergüenza a exponer su orientación al
público. También hay que tener muy en cuenta que es un libro muy detallado en cuanto
a las películas y series por lo que las personas a las que realmente les guste el cine
quizás lo entiendan mas debido a la cantidad de títulos, fechas y actores que tiene el
libro.

Con lo que respecta a su estructura e índice es bastante preciso y conciso. Este
comienza hablando del erotismo involuntario que tenemos desde que somos pequeños
(incluyendo al autor Popy). Siguiendo con la diferenciación entre cine LGBTIQ+ y
homoerótico. Una vez sienta las bases teóricas del libro, comienza a hablar de forma
cronológica sobre el despertar en las distintas generaciones y de que manera han
influido en las personas los diversos actores y las distintas películas. Todo este orden
es muy sencillo de seguir y favorece sin lugar a duda la lectura del libro y fomenta el
interés de los distintos ámbitos que trata.

El libro comienza detallando el erotismo involuntario que genera el cine en el público y
como el despertar sexual no solo se encuentra entre los iguales, sino que ha sido la
televisión la que ha ayudado a ese despertar y explica un poco las distintas maneras de
verlo.

Resulta muy curioso como explica la diferencia entre el cine LGBTIQ+ y el cine
homoerótico o filogay. A simple vista parece algo irrelevante, pero en realidad es algo
necesario para poder entender lo que vemos y lo que las sociedad nos pretende enseñar
a ver. Por ello es muy curioso cuando dice “la diferencia entre ser y parecer” (p. 21). Así
pues hace una diferencia clara y concisa en donde el cine LGBTIQ+ indaga en todos los
aspectos relevantes y relacionados con el colectivo mientras que el filogay es el que
suscita el interés del público de manera involuntaria.

Interesante es leer como en el cine, a lo largo de la historia, han colado muchas
representaciones homosexuales ante los ojos de los más pequeños y no tan pequeños
con detalles inalcanzables al ojo heterosexual. Como con películas de dibujos que a
simple vista parece generar una amistad la ignorancia d ellos adultos no es capaz de
quitarse la venda de los ojos y ver que hay una historia de amor entre dos personajes,
como bien resalta y explica con la película Luca (2021). Pero esto lleva sucediendo
mucho tiempo con películas muy heterosexuales las cuales han sido protagonizadas por
actores musculosos que trabajaban sin camisetas y que tenían conversaciones
bastantes sugerentes con amigos en la propia película. Y lo increíble de todo esto es
que nadie lo podía apreciar, bueno si, un buen publico homosexual que tenia una vista
de lince para apreciar esos detalles que generaban rubor y que les fascinaba. Todo este
cine LGBTIQ+ encubierto que comenta en el libro y que lo ejemplifica de sobra con
diversos títulos y actores demuestra que la sociedad avanza con una venda que
retrograda que no quiere quitarse para ver la realidad.

Popy introduce el despertar sexual de las distintas generaciones haciendo referencia a
cada una con los distintos títulos de películas, series y programas más relevantes en la
sociedad y que más impacto tenían para el público. Comienza con el despertar sexual
Boomer que a mi modo de ver y tal y como se refleja en el libro podría ser la edad de
oro de la homosexualidad. Pese a la generación Franquista que había, esto facilitaba el
encuentro entre hombres ya que había una enorme segregación. Dichos encuentros
podrían verse como algo más que una simple amistad. Todo esto se respalda gracias a
las temáticas cinematográficas que se presentan en el libro. Películas de antigüedad
clásica como la de los romanos; Gladiator, Hércules… Todo esto lleva a ver al típico
hombre sudado semi desnudo que todo homosexual quiere ver cuando vive en una
sociedad en la que sus derechos están reprimidos.

Llegada la Generación X con títulos prometedores como Sensación de vivir (1990-2000)
y Aquellos maravillosos años (1988-1993), se inicia una nueva generación que tal y
como se representa, es el inicio del erotismo que conocemos hoy en día. La
ejemplificación de películas y actores que se van realizando a lo largo del libro (desde
más antiguo a lo más moderno) explica como el cine generaba un erotismo sexual
involuntario en las personas a través de las distintas generaciones.

El paso del VHS al DVD en los Millenials marcó quizás un cambio bastante grande en
la sociedad. La llegada del internet a nuestros días favoreció la búsqueda de nuestros
referentes más grandes, haciendo búsquedas de fotos, videos y generando chats en los
que las personas podían expresar lo que sentían. Quizás este gran paso dio lugar a la
idealización de los cuerpos musculosos de los actores y a la idea de lo que se quería
ver en la televisión.

La percepción que se tiene hoy en día y gracias al rastreo de las búsquedas de las
personas es de que, a pesar de haber series malas, o películas insalvables, estas tenían
un éxito enorme debido al actor que hacia de protagonista. Esto es debido a que dicho
actor estaba idealizado, era muy guapo o aparecía el tiempo suficiente sin camiseta
como para que las personas quisiesen seguir viendo las películas. Esto tal y como se
puede apreciar llega con la generación Z, la actual.

En general, podemos ver como Popy se ha sumergido de lleno en la ejemplificación de
actores en las películas y series y en la resaltación de la importancia de la figura del
hombre en el cine y como está impuesta por la sociedad heteropatriarcal con una
necesidad de ocultar el cine LGBTIQ+, ha despertado un interés sexual evidente y ha
generado un círculo gigante de personas que descubren su orientación sexual y sus
gustos gracias a lo prohibido, a lo que en teoría no va para su público.

A parte de todo esto, se aprecia como Popy pone empeño y dedicación en escribir cada
una de las palabras para expresar todo aquello que desea. Si bien es un libro más
dirigido al público homosexual masculino, este no deja de incluir en ocasiones al
femenino. La idea de lo que quiere transmitir está clara, da igual si es con personajes
masculinos o femeninos ya que el mensaje es el mismo.

Está claro que el descubrimiento de su orientación fue algo que marcó su infancia y del
cual no se arrepiente. Gracias a esto, ha querido transmitir esa vivencia en forma de
conocimiento haciendo ver que el erotismo está en nuestras películas desde que
tenemos uso de razón, y que solo hace falta verlo si nos quitamos la venda de los ojos.

Se agradece y se aprende mucho el ímpetu que ha tenido en resaltar cada uno de los
títulos empleados en el libro ya que esto ha hecho que el lector pueda empatizar más y
entender todo aquello que se ha querido decir. Esta es una de las múltiples razones por
las que merece la pena leer este libro y tenerlo en casa.

Adán Plasencia

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