Lo que empezó siendo una casualidad, hoy ya se ha convertido en costumbre, y ya te puedo llamar ídolo. Él que enloquece al público, que derrocha talento, elegancia y pasión. ¡Qué suerte vivir a Blas Cantó! Ya he perdido la cuenta de las veces en la que he disfrutado de él, y tampoco tengo la intención de establecer una cordura, pues Blas es un regalo digno de repetir mil veces.
Anoche empezó como nuestra historia juntos, como cuando me picó algo más que la curiosidad y decidí que el cantante merecía toda mi atención con unas canciones que sonaban ya a leyendas. “In your bed” y “Drunk and irresponsable” fueron las encargadas de abrir la noche.
De nuevo, como cada noche de espectáculo, la fantasía auditiva llegó con “Love o my live” y “Somebody to love”. Sigo reafirmandome, que las mejores versiones de Queen son las de Blas, ¿acaso puede existir un mejor tributo?.
Oh mi representante, mi representante… Has hecho de nuevo ilusionarme con el festival de Eurovisión. Anoche, mucha gente demostró lo mismo, pero, ya eres y serás “Héroe” para todos tus fans. Canción que por supuesto estuvo presente en una noche de tal importancia.
De nuevo, no falló ese paseo por ese amplio registro vocal del que goza el artista, de las notas imposibles que ponen nuestro vello como escarpias, esa voz que como un susurro se adentra en nuestras entrañas hasta hacerse con un hueco en nuestra vida. Sí hay una canción que cumple con todos esos requisitos es “No volveré”.
¿Qué mejor ejemplo de que los sueños se consiguen que tú? Ayer demostraste que la ilusión la mantienes intacta, y que por más que pasen los años, siempre se puede. Echamos la vista atrás para recordar una de las versiones que hizo el cantante en Eurojunior, esa fue “Lucía”.
Encima del escenario se puede respirar un ambiente a familia, una familia que cada noche se abre a nosotros. Si algo hace grande a Blas es su manera de tratar y de dar protagonismo a sus músicos, cantando a dúo con Lote González, “Hang up” y más tarde “Who´s loving you?” con una auténtica animal de escenario como Daira.
Fue una noche para mirar atrás, y supo satisfacer a los asistentes más nostálgicos, cantando algunos de los éxitos de Auryn como “Memphis” o “Make my date”.
Blas, supo culminar el espectáculo con la dosis perfecta de emoción, agradeciendo a sus seguidores su presencia durante tantos años, con una de mis grandes debilidades del disco, “Complicado”, para derivar en el broche perfecto a la noche el himno, “El no soy yo”, ya inmortal.