Cinco años después de conocer a Miles Molares en ‘Spider-Man: Un nuevo universo‘ volvemos a reencontrarnos con él, Gwen y Peter B. Parker en la última aventura del hombre araña animado más querido por todos. Si en 2018 Sony Pictures ya se colocó como la reina de la animación, este año con ‘Cruzando el multiverso‘ acaban de conseguir todo un imperio. Y no solo por la belleza a nivel artístico de la película.
La nueva era de Marvel gira alrededor de un gran tema: el Multiverso. Lo vimos por primera vez con Miles Morales y después viajó por diferentes nombres como Doctor Strange o Peter Parker. Sin embargo, ninguna película ha tratado tan bien el tema como las conducidas por el héroe de Brooklyn. El argumento de ‘Spider-Man: Cruzando el multiverso’ vuelve al típico «el universo está en peligro porque hay una brecha entre multiversos» y blah blah (en la peli lo explican mejor); pero en este caso saben llevarlo más allá del fanatismo que, por ejemplo, resultó ser ‘Spider-Man: No Way Home‘. Sin pecar de detallistas y, a la vez, sin dejar ni un cabo suelto, ‘Cruzando el multiverso’ logra crear un argumento que deja boquiabierto a todo fan del personaje y ensimismado a aquellos que lo descubren por primera vez. Y es que eso es de lo mejor: pese a ser una película cargada de referencias, no se complica para no dejar de lado a quien no está al día.
Pese a durar algo más de dos horas y cuarto (y, sintiéndolo mucho, sin escena post-créditos), todo pasa en un pestañeo. Dicen que cuando una película te gusta, se hace corta y lo cierto es que esta película parece durar media hora. Desde el inicio juegan con los diferentes estilos artísticos: cada multiverso cuenta con uno propio, por lo que cada personaje también. Como siempre, acompañada de una música urbana acorde a sus personajes, te sientes una con la pantalla en una explosión de colores y sonido que bien podría recrearse en un museo.
Miles Morales, Gwen, Peter B. Parker, Miguel O’Hara… Y hasta el villano, Jonathon Ohnn, son perfectos y sin fisuras (bueno, Ohnn tiene algunos agujeros). El trato a los personajes es magnífico, centrando a la familia en uno de los temas que envuelve a todos. Aunque ‘Spider-Man: Cruzando el multiverso’ gira, como dice su nombre, en torno al concepto de multiverso, también lo hace en torno a la familia y las relaciones personales con nuestros seres más queridos. Sí, es cierto, es algo recurrente en las obras de superhéroes, pero tengamos en cuenta que tanto Miles Morales como Gwen son adolescentes y aportan una visión nueva. Y a eso le sumamos que la película también muestra otros puntos de vista y personalidades que envuelven esos sentimientos hacia la familia y el bien del universo.
En resumen, id al cine si no habéis ido ya. Estamos ante una de esas películas que se disfruta mejor en el cine: con una gran pantalla, unos altavoces más grandes aún y el 100% de la atención dedicada a ella. Os enamoraréis del estilo artístico (bueno, de todos ellos) y de sus personajes, cada uno único y perfecto a su manera. Pese a ser una película no autoconclusiva, sus dos horas de duración te dejan más que satisfecha para darle la vuelta a todo el argumento en la espera por la segunda parte que, sin duda, volverá a ser para enmarcar.