Hay series que se convierten en familia. Integras las vidas de sus personajes en la tuya y adquieres su comportamiento y forma de hablar con total naturalidad. Además, a sus personajes les tienes el aprecio digno de una amistad. Esto es lo que me ha pasado con “Valeria”, la popular serie inspirada en los libros de Elisabeth Benavent que acaba de publicar su tercera y última temporada en Netflix.
Una temporada más, la serie ha conseguido ser una auténtica reivindicación de la mujer real que camina con fuerza por el Siglo XXI. Pero no solo se queda en ese aspecto, sino que además profundiza visibilizando problemas asociados al género femenino con total naturalidad y realismo como lo son la maternidad, las primeras relaciones, la culpa…
Además, es un homenaje a la hermandad entre las mujeres como sinónimo de sororidad. Sin duda, este grupo de cuatro amigas hace soñar con una amistad idílica como sustento de vidas en constante progreso. Valeria, Carmen, Lola y Nerea se convierten en unas ideales amigas para los espectadores.
Como es una costumbre dentro de la serie, reluce por un montaje que roza la perfección, así como de una puesta en escena llena de carisma y personalidad. En definitiva, esta tercera temporada asienta el sello “Valeria” aún más.
Muchos habréis entrado aquí para saber si tiene un final a la altura de las circunstancias y mi respuesta, sin spoilers es un “SÍ” rotundo. “Valeria” enseña al espectador a priorizar el amor propio por encima de todo lo demás y dejar el orgullo arrinconado en una esquina.
¡Valeria te echaremos de menos!