• septiembre 11, 2024 7:53 pm

Julia Medina traslada su hogar a la Sala Sol de Madrid

«Estar como en casa» es una expresión que requiere de un esfuerzo metafórico y abstracto, pero también físico. Si la vida pone en un mismo lugar a un conjunto de personas que con sus energías construyen tu corazón estás en el lugar adecuado, aunque también es necesario una serie de recuerdos materiales para sentirte cómodo.

Julia Medina hizo jornada de puertas abiertas en su hogar, llamado música. La sala Sol de Madrid acogió a la cantante gaditana que acompañada de los muebles de su hogar en los que escribió su último disco «Epicentro», hizo las delicias de su público.

La desnudez de la guitarra la hizo valiente. Abrió la velada con «Qué será de mi», una canción que representa la verdad de la cantante. Confesó que tenía incertidumbre al plantearse el recibimiento del público a este disco. Pero, solo un aplauso bastó para dejarla claro que sigue más viva que nunca en los corazones melómanos.

Julia Medina es la definición perfecta de la palabra inefable. Tiene un ángel único alojado en su garganta, que tan pronto te sube a las nubes como te enreda las células de la garganta con mucha emoción. «La veo en ti» recreó la historia de una infidelidad y pareció que todas las notas lloraron esta situación.

La cantante no tuvo ningún problema para retar a un desafiante baile a sus propios miedos, y «La cuarta parte» fue ejemplo de ello. Aunque también aprovechó para reivindicar el Día Internacional de la Salud Mental con «Epicentro».

Construyó castillos imaginarios en los que recrear una historia de amor de cuento con «A contracorriente», para luego hacerla más realista que nunca con «Mesa para dos». Tras terminar este tema, explicó que la escribió pensando en los atardeceres de su pueblo y nos trasladó hasta allí.

Una vida se hace corta para disfrutar del directo de Julia Medina y la noche tuvo su final con una vieja conocida como «No me despedí». La elegancia se hizo humilde cuando la cantante sonrió por última vez a su público madrileño.

Disfrutando del dulce sabor de boca, una llama sonriente perdura entre las calles del centro de la capital cuando piensa en la noche del domingo 10 de octubre en la Sala Sol.

Laura Salas

Soy fan, luego existo

Por Laura Salas

Soy fan, luego existo

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