Pablo Alborán ha sido uno de los grandes reyes del 2020 gracias a la publicación de su último “Vértigo”. Todo un viaje auditivo que surca varios mares de estilos, que en ningún momento deja que invadan su barco, sino que navega encima de sus olas solo como él sabe hacerlo.
Resistirse a un disco de estas características es básicamente misión imposible. En este artículo, nos hemos introducido en la difícil misión que supone plasmar las tres canciones que no podemos quitarnos de la cabeza.
- La fiesta
El propio nombre de la canción es definitorio del contenido. Una explosión de ansias por sentirse querido. Todo ello, es embadurnado por un toque misterioso, que saca el lado más irracional del ser humano. El estribillo está destinado para ser coreado por el gran público. Sonríe por si sola.
- Malabares
Vientos del sur, llegan y nos desordenan el cabello. La narración del tema es sublime, siendo como un susurro para el oído. Por otro lado, nos encontramos con un sonido digno de banda sonora cinematográfica, pareciendo el crepitar del fuego.
- Que siempre sea verano.
Una vuelta de tuerca en este particular “top” era obligatoria. Por ello, es necesario una canción como esta, de raíz fuerte, con la que tropezarse significa que se te rompa un poquito el corazón. Los giros de la voz del malagueño, sin duda son hogar para la música de este país.