Un año más, Georgina, nuestra diva de confianza, ha aterrizado en Netflix con una nueva temporada de su docu-reality. En esta tercera entrega, la influencer nos muestra su vida en Arabia Saudí y como no podía ser de otra forma, nos ha regalado una multitud de momentazos dignos de ser recordados en este artículo. Pero para no hacerte spoilers, solo voy a reseñar mis favoritos.
El demonio hizo su aparición
Sí, el mismísimo Satanás se ha atrevido a perturbar la caótica vida de la influencer española, pues ha hecho una aparición en la pared de su hogar en Arabia Saudí en su forma de cabra. ¿Cómo hacerlo desaparecer?, es la gran pregunta de los primeros episodios. A pesar de todo, seguirá presente tras la pintura o tras un biombo.
Alana no quiere hacer nada en la vida
Una de las pequeñas integrantes de la familia está empezando a despuntar en cuanto a carisma se refiere. Ante la pregunta de su padre sobre qué quiere ser de mayor, la niña ha contestado que no quiere hacer nada, ella solo quiere tranquilidad. Pero lo que no sabe debido a su edad, es que está representando el deseo de toda la nación.
El viaje
Georgina, como digna diva millonaria, no puede celebrar su cumpleaños como cualquier mortal. La influencer se ha ido de vacaciones con sus amigos a unas playas paradisiacas y allí el show no ha parado de reinar. Desde enfados dignos de Paquita Salas a juegos que te van a hacer reír de lo lindo.
Georgilandia
¡Qué tiemble la Navidad de Vigo que le ha salido una dura competencia! Georgina ha plantado un auténtico parque de atracciones en el jardín de su casa, con churros y pista de hielo incluidas. ¡Pura fantasía!