El pasado 11 de diciembre, las cuentas de Twitter oficiales del videojuego de Riot Games, Valorant, publicaron una imagen de dos de sus personajes femeninos –Razer y Killjoy– besándose. La imagen es la continuación de una historia que han compartido en redes entre varios personajes que realizan un viaje y culmina con el beso que confirma la relación “nanobomb” (nombre de la ship) que tanto deseaban los fans. Ambos personajes compartían diálogos en el videojuego que daban indicios de que había algo entre ambos agentes y Valorant ha dado un paso confirmándolo. ¿La gran sorpresa? La reacción de los fans del videojuego y jugadores profesionales que han celebrado la confirmación, creando un ambiente más que amigable para el colectivo LGBTQ+ dentro y fuera del juego.
Un gran ejemplo en el tema de la representación en videojuegos que no son argumentales es Apex Legends, el battle royale de EA. Quizá Apex sea uno de los juegos que más cuida a su comunidad, no solo con pequeños detalles como el que comentamos de Valorant en Twitter, pero además con múltiples cómics y cinemáticas sobre sus personajes, ahondando en la historia de los mismos. Los personajes de Apex, sin duda, son de los más variados de cualquier videojuego y no les tiembla la mano en mostrar desde un inicio a sus leyendas LGBTQ+: 8 de sus 21 personajes son parte del colectivo de forma formal o más indirecta (al igual que pasaba con nanobomb, son sospechas demasiado obvias), sobre el resto… No se sabe mucho. Quien más destaca es Bloodhound, personaje no binario que cuenta con una de las historias más potentes de entre las leyendas y que recientemente fue confirmado su amor con otro personaje, Fuse; Gibraltar, personaje jugable desde el inicio del viedeojuego es Gay; Valkyrie es lesbiana y Loba bixesual, además parecen tener un drama-triángulo amoroso en el que se incluye Bangalore… En definitiva, Apex Legends sabe construir personajes LGBTQ+ e incluirlos en su historia de forma más que natural.
Si volvemos a Riot Games, su videojuego estrella League of Legends también cuenta con varios personajes LGBTQ+, aunque en menor medida y de forma más discreta. En League of Legends también influyen sus más de 10 años desde su lanzamiento y las estrictas (y estúpidas) normas de Tencent, la compañía china de la que Riot Games es filial y que es la que más piedras pone a la hora de hacer públicos sus personajes LGBTQ+. Afortunadamente cada vez conocemos más, viendo así cuál era la verdadera intención de los creadores de dichos personajes, quienes querían que fuesen del colectivo desde su nacimiento y han tenido que esperar hasta los años recientes para poder compartirlo. El más relevante fue el anuncio de Leona y Diana, personajes que tienen prácticamente tantos años como el juego y que comparten historia junta, cuya (pasada) relación fue confirmada durante un evento del orgullo mediante una preciosa historia corta narrada por Diana. En el juego incluyeron un icono de ambas formando un corazón… Algo soso, fue un paso, tardío, pero un paso al fin y al cabo. De la misma forma confirmaron a Graves y Twisted Fate este año, a los que también les une su historia de personaje. Taliyah es una chica trans confirmada por sus creadores; Neeko es lesbiana, al igual que queda la confirmación de Vi y Caitlyn de quienes esperamos que confirmen su relación en la aclamada serie “Arcane” de Netflix.
Aunque League of Legends vaya despacio, lo importante es que va avanzando, así que esperemos que otras empresas con videojuegos más que populares continúen por este camino. Y sí, miramos directamente a los ojos a Overwatch, que después del gran anuncio de Tracer como lesbiana (en 2016) y Soldier 76 como gay (en 2019), han cerrado los ojos ante esas parejas y personajes LGBTQ+, haciendo luz de gas a sus seguidores. Hay personajes que son tan obvios en el juego que hasta sus dobladores desean la confirmación de las parejas y que, ocultarlo, solo hace daño a quienes juegan y forman parte del colectivo. Quizá Blizzard, empresa tras Overwatch, está esperando alguna que otra situación peliaguda para volver a dar un gran anuncio que desvíe los focos (¿es este el trato que merecemos?).
Tristemente, siempre hay alguna que otra oveja negra a la que le hierven las escamas cuando ve a un personaje LGBTQ+ en SU juego (porque no es de nadie más, claro está), que quizá se plantea en qué influye competitivamente que dos personajes sean lesbianas para un juego de pium pium y… Ahí está la cosa: en nada. Por eso no hace ningún daño que muestren el amor entre dos personajes, no tienen una pasiva oculta que incrementará su daño cada vez que se digan una cursilada, no… Pero, esta humanidad, estas realidades, son las que acercan a todo tipo de jugadores a los videojuegos. Sentirse representado es importante y más en un videojuego multijugador, donde necesitas sentirte cómoda jugando, estar segura de que no te juzgarán por quién eres. Así que gracias a Valorant por este paso y ojalá pronto deje de ser noticia que un personaje entre un millón forma parte del colectivo.