Pablo Alborán es el mejor amigo del amor. Lo mima y lo acaricia con su aterciopelada voz como nadie. Una vez más se ha reafirmado dentro de la música romántica con su nuevo disco titulado «La cuarta hoja».
Como el mejor de los alquimistas, mezcla estilos para hablarnos sobre este dulce asunto. Ejemplo es la convivencia de «Carretera y manta» con «El traje». Todo ello está arropado por el inigualable estilo Alborán. Además, posee una corriente positiva que se agradece en mitad del caos mundial.
Hay una canción que, bajo mi humilde punto de vista, sobresale por encima de todas las demás. «A batir las alas» es un arcoíris libre cantada por un alma desnuda, que habla mirando a los ojos al oyente sin posicionarse por encima. No lleva las alzas de la fama y lleva la humanidad por delante.
Por último hay que destacar los grandes duetos que tiene este disco. Más allá de los que ya hemos comentado en anteriores artículos, Ana Mena en «Ave de paso» y Leo Rizzi en «4U» se convierten en las piezas perfectas para completar «La cuarta hoja».