Las películas de Disney siempre acaparan todas las miradas. Cuando esto no sucede, visitarlas en las salas de cine es todo un acto de fe. Esto es lo que nos ha sucedido con «Un Mundo Extraño» estrenada a finales del pasado mes de noviembre.
¿De qué trata? Los Clade son una familia de exploradores conocida en todo el mundo. Para salvar su planeta, se ven sumergidos en tierras jamás exploradas, donde tendrán que luchar por mantener en pie su misión.
El primer acierto es el género escogido. El ritmo trepidante que exige este tipo de películas está presente y sabe transmitirlo al espectador con rocambolescas situaciones y generando una gran empatía con los protagonistas.
Otro pro a resaltar es la estética que sigue la película, digna de ensueño, puesto que se asimila a pensamientos propios del arte Surrealista. Si te gustan obras como las de Dalí, enhorabuena, esta es tu película.
La trama es un auténtico puzle de temas inclusivos que sin duda son un paso hacia delante. En primer lugar, hay que aplaudir que por fin tengamos a un protagonista abiertamente gay y normalizado, donde sus comportamientos no están para nada estereotipados.
Una vez más, Disney otorga un papel de lo más empoderado a la madre de la familia, dándole el control y el privilegio de salvar constantemente la operación en la que se ven sumergidos.
Hablando de paternidad, Disney aprovecha su poder para lanzar un potente mensaje a los padres que vean la película, recalcándoles que es muy importante que dejen ser a sus hijos lo que deseen.
Pero la compañía no se cansa únicamente de lanzar tres mensajes, sino que continúa pidiéndonos que protejamos la tierra y revisemos nuestras energías contaminantes para poder salvar nuestro hogar.
Además, y a forma de pequeño apunte, me he quedado fascinada con el hecho de que el perro protagonista tenga solo tres patas.
Mis dieces una vez más querido Disney.
https://www.youtube.com/watch?v=bu_NB1SlNs4