Tres episodios van ya de la que será la última temporada de Juego de Tronos y tres episodios que dejan a los fans con sabor a decepción. Si bien es cierto que este último episodio, La Larga Noche, convence bastante más que los otros dos, la temporada sigue siendo un completo fail en comparación con otras.
Es muy difícil terminar una serie como Juego de Tronos. Es sin duda alguna, una de las mejores series de la historia, y merece un final que se respete y haga honor a su nombre. Sin embargo, con tres episodios de seis, la serie comienza a parecer más una novela que el drama épico al que estábamos acostumbrados.
Invernalia
Si hacemos un repaso al primer capítulo, lo único a destacar es el final cuando Jon descubre su verdadero origen y el carisma y liderazgo que cada vez es mayor en Sansa. El resto de minutos se ven tirados en una patética escena de Cersei dejándose «seducir» por Euron; otra cursilada de Jon y Daenerys con los dragones y poco más. Aquí ya se comienza a ver a una Daenerys que no sabe lo que quiere y, que tras haber sido uno de los mejores personajes de la serie (y mi favorito), comienza a decaer.
Caballero de los Siete Reinos
El segundo episodio, El Caballero de los Siete Reinos, destaca precisamente por la escena usada para titular el capítulo. Volvemos a ver un mundo soso, aburrido, preparándose para una batalla. En todo el episodio no salimos de Invernalia y tan solo vemos relleno en todo momento. El Caballero de los Siete Reinos hace referencia al momento en el que, Brienne de Tarth, es nombrada por Jaime Caballero. Esta es sin duda una de las mejores escenas en lo que llevamos de temporada, no exagero. Aunque claro, antes de verla teníamos que ver a Tortmund dejándose en verguenza con leche de giganta y después a una Arya con contenido para adultos. Por no mencionar a Daenerys y su drama con el trono.
La larga Noche
Y por fin llega el capítulo más esperado, La larga Noche. Capítulo en el que se jugarían la vida nuestros personajes favoritos (menos Cersei, que sigue tranquilita en su trono). La batalla más larga en la historia de cine y televisión ha sido la protagonista de este tercer capítulo que, aunque merece más nota que los demás, sigue teniendo grandes lagunas argumentales.
Primero…¿Esa estrategia? Quiero saber de quien fue la gran idea de poner a toda la caballería en primera línea para luego llegar con los dragones y chamuscarlos, y lo mismo con los inmaculados. Dragones que desaparecerán, sabrá Dios por qué, para no aparecer hasta el final del capítulo haciendo absolutamente nada. Digamos que las únicas dos escenas «wow» del capítulo las protagonizan La Bruja Roja, con su llegada, y Arya terminando con la vida del Rey de la Noche. Un Rey que no podría tener mejor nombre, porque muchas luces no le quedaban.
Vemos durante todo el episodio una estrategia que deja mucho que desear. Si es cierto que el episodio te deja en tensión porque no sabes quienes morirán ni cómo lo harán, pero lo cierto es que tan solo, de las cuatro importantes muertes, hay una que tiene sentido y merece respeto. Hablo de Lyanna Mormont, la pequeña más valiente de todo el frente de batalla. Su muerte, aunque injusta, es digna y duele. Sin embargo, otras muertes como la de Jorah dejan mucho que desear. Estaba claro que el otro Mormont iba a morir defendiendo a su Khaleesi, pero es esta la que convierte la muerte en algo cómico. La reina nunca había luchado, ya, pero verla bailotear alrededor de su salvador le quita un poco de seriedad.
Y aún así son pocas las muertes y pocos los sentimientos que se dan en este tercer capítulo, demasiado largo para lo que es. Claro que aún queda la su majestad Cersei, dispuesta a terminar con todo el que intente arrebatarle el trono, pero si la batalla será como esta…Mejor que la serie termine en la temporada 7.
Juego de Tronos es y será siempre una de mis series favoritas. El avance de los personajes y el crecimiento de la historia no se va a ensombrecer por una mala temporada. El problema es, que esta mala temporada sea la última.
Aún quedan tres capítulos de redención en los que esperemos que vuelva la esencia de la serie, sin tanta novela y con más acción. ¿Habremos perdido del todo la esencia de la Boda Roja o la destrucción del Septo, o volveremos a sorprendernos?