Una espera de horas por una recompensa de apenas segundos, puede parecer una cuestión digna de reflexión. Pero no para quien ha confiado sus intimidades en una voz que las mima y hasta tiene el poder de borrar la oscuridad de ellas. Ayer, centenares de personas se reunieron en la céntrica plaza madrileña de Callao, para celebrar la primera firma de discos en solitario de Chiara Oliver. Y sí, para quién la vivimos, pudimos ver durante la tarde el mundo de color de rosas y ahora mismo, casi 24 horas después, podemos seguir saboreando este gustazo musical.
Con la fuerza que la caracteriza, la que fuera concursante de Operación Triunfo, salió a la zona de ámbito cultural del Corte Inglés con una sonrisa de oreja a oreja. La locura llevaba varios minutos en la sala, pues las canciones del EP fueron coreadas por los que allí estábamos presentes. Y como si fuera una vieja amiga a la que tienes ganas de ponerle al día, los fans fuimos pasando por sus brazos con historias de lo más variopintas, que, a pesar de ello, están entrelazadas entre sí por las mismas canciones, como si fueran hilos mágicos.
Con una mirada llena de interés y sabiendo abrazar con fuerza a quien lo necesitaba, la cantante consiguió que, si antes la teníamos cariño, hoy lo tengamos el doble. Cada uno tuvimos nuestros segundos para tatuarnos en la mente para siempre y a los que recurrir cuando la rutina pida evadirnos a un lugar en el que fuimos felices.
Gracias Chiara.
Una espera de horas por una recompensa de apenas segundos, puede parecer una cuestión digna de reflexión. Pero no para quien ha confiado sus intimidades en una voz que las mima y hasta tiene el poder de borrar la oscuridad de ellas. Ayer, centenares de personas se reunieron en la céntrica plaza madrileña de Callao, para celebrar la primera firma de discos en solitario de Chiara Oliver. Y sí, para quién la vivimos, pudimos ver durante la tarde el mundo de color de rosas y ahora mismo, casi 24 horas después, podemos seguir saboreando este gustazo musical.
Con la fuerza que la caracteriza, la que fuera concursante de Operación Triunfo, salió a la zona de ámbito cultural del Corte Inglés con una sonrisa de oreja a oreja. La locura llevaba varios minutos en la sala, pues las canciones del EP fueron coreadas por los que allí estábamos presentes. Y como si fuera una vieja amiga a la que tienes ganas de ponerle al día, los fans fuimos pasando por sus brazos con historias de lo más variopintas, que, a pesar de ello, están entrelazadas entre sí por las mismas canciones, como si fueran hilos mágicos.
Con una mirada llena de interés y sabiendo abrazar con fuerza a quien lo necesitaba, la cantante consiguió que, si antes la teníamos cariño, hoy lo tengamos el doble. Cada uno tuvimos nuestros segundos para tatuarnos en la mente para siempre y a los que recurrir cuando la rutina pida evadirnos a un lugar en el que fuimos felices.
Gracias Chiara.
