Para ponerte en contexto, “The Office” es una serie estrenada por la NBC en el año 2005. Además, si eres de los que se deja guiar por el palmarés de reconocimientos, tengo que decirte que cuenta con un Emmy. Actualmente, puedes disfrutar de sus nueve temporadas en Netflix.
En primer lugar, puede que el extenso número de temporadas te haya echado para atrás, pero en contraposición, hay que resaltar que los capítulos tienen una duración máxima de 20 minutos, por lo tanto, puedes hacerte un buen maratón o disfrutar de los episodios durante la comida o durante el camino en transporte público a casa.
Se podría definir como una serie que funciona a modo de oasis, aislando preocupaciones y angustias durante un corto periodo de tiempo. ¿Cómo son capaces de lograrlo? Con originalidad y un humor rocambolesco, que te hace soñar con una cotidianidad laboral llena de locura.
En un primer momento, muchos de los personajes te pueden recordar a ese familiar que se sienta junto a ti en Nochebuena y no para de contar chistes malos. ¿Es una pesadilla? Pues sí, pero al final le quieres. Pasada la primera temporada, sus penas son las tuyas y lo mismo ocurre con las alegrías.
Hablando de cosas positivas, hay que hablar del amor encarnado en Jim y Pam. Son la pareja meta para cualquier soltero. Sus miradas y colegueo valen infinitamente más que las acciones amorosas. Disfrutar de su crecimiento es un auténtico regalo.
A pesar de que los capítulos tengan la mayoría de las veces temáticas independientes, merece la pena disfrutar de la progresión de los personajes, así como del humor de la serie. Saben dejar poco a poco los chistes relacionados con la mujer, las razas o la homosexualidad, para adaptarse a los nuevos tiempos.
Sin duda, las nueve temporadas se escapan entre tus manos como la arena en un reloj. Tras visualizar el punto y final, un vacío te invade por dentro.