Después de dos meses en la cartelera, la película Oppenheimer de Christopher Nolan, sigue triunfando.
Con una duración total de tres horas, nos adentra en la historia de la bomba atómica, la explicación e investigación del Proyecto Manhattan y todo lo que conllevó para así poner fin a la Segunda Guerra Mundial. Película en cuál Nolan se basa en libros escritos por dos diferentes autores expertos en las relaciones entre los Estados Unidos y la Unión Soviética, además de contenido nuclear.
La película se retransmite en dos colores. En blanco y negro, dónde se muestran sucesos de Strauss, compareciendo ante un Comité del Senado y, aquellos colores más vivos para hacer referencia y mostrar el lado de Oppenheimer.
Desde mi punto de vista, lo más asombroso ha sido ver referencias de todo lo ocurrido en el pasado, además de las distintas apariciones y menciones hacia aquellas personas tan emblemáticas que han aportado y logrado grandes proyectos, grandes experimentos y, mucha historia que ha día de hoy se sigue investigando.
Sí, sí que es verdad que quizás, para algunos que les guste más las películas con más ritmo, con más acción, necesiten un poco más de tiempo para poder centrarse y entenderla, más bien por la primera parte. Pero una vez te adentras a la historia, ya no hay vuelta atrás. Te absorbe, te transmite y te hace vibrar.
A este mérito, se le suma también el elenco completo. Actores y actrices que han ido apareciendo a lo largo de esta historia como Robert Downey JR, Emily Blunt, Florence Pugh o Matt Damon… Palabras mayores. En especial, hay que destacar la pedazo de actuación de Cillian Murphy como Oppenheimer. Su devoción, su intencionalidad, su forma de actuar. Por fin se le valora tal y cómo debe de ser.
En conclusión, es impactante cómo tras una pantalla se plasma todo lo que alguna vez hemos llegado a estudiar y a escuchar más de fondo. Las imágenes te dejan boquiabierta.