El avance del minutero del reloj tras la hora de comienzo del concierto, y la falta de los cantantes sobre el escenario, no impidió que el bullicioso público de La Riviera de Madrid estuviese en la misma sintonía que los cinco componentes de Dvicio. La exitosa banda aterrizó en la mítica sala con «Mil Veces Tour» donde canciones de ayer y de hoy convivieron sobre el escenario.
Poniéndose como capa el canto de los espectadores madrileños, la banda hizo olvidar el retraso del pistoletazo de salida con «Aire», «Ephifany» y «Enamórate». Una vez abiertas las puertas de su hogar, el escenario fue una auténtica bomba de positivismo y carisma.
Como excursionistas escalando hasta la cima de una montaña, provocaron que el ritmo cardiaco de los asistentes se incrementase poco a poco. Viajaron al pasado con «Paraíso», revolucionaron con «Superbien» y enamoraron con «Dosis» y «Soy de volar», donde la voz de Andrés se fundió con la de su hermano Martín.
El grupo es consciente del gran impacto que tiene sobre las nuevas generaciones de seguidores. Es por ello que alzaron su voz visibilizando la importancia de la salud mental con «Mi mente».
Pocas canciones después, el concierto afrontó su recta final con «Arte». Andrés se bajó del escenario para disfrutar de su público, dejando una estampa donde el suelo y el aire de La Riviera estuvieron sincronizados y llenos de belleza.
«Te pienso a cada hora» fue la traca de fin de fiestas, protagonizada por el enérgico salto del público.
Una vez más, Dvicio se convierten en maestros de dibujo, cuya especialidad es pintar sonrisas.