Una de las principales novedades de este año en La Voz ha sido el estreno de “El regreso”, dirigido por Miriam Rodríguez. Dos personas que no lograron superar las audiciones a ciegas podrán volver al programa de la mano de la gallega.
Miriam, ha afrontado este nuevo paso en su carrera con gran firmeza y profesionalidad, además de empatizar con los concursantes mostrando la emoción de escuchar sus voces en sus ojos. Se mueve como pez en el agua conduciendo este programa.
Además, todo un puntazo la escena extra, donde la cantautora hace alarde de su sentido del humor ante una broma del equipo de grabación. Estoy segura de que habrá sacado más de una sonrisa.
El formato, en mi opinión, es un gran acierto, mostrando una visión muy diferente al que se ve en plató. Un ambiente intimista nos permite disfrutar con mayor precisión del registro de los concursantes. Ellos, están más tranquilos sintiéndose como en casa y esto traspasa la pantalla. Además, es breve, cosa que se agradece después de la duración de más de tres horas de programa.
En esta ocasión, Guillem, armado de guitarra y de todo un temazo, logró conquistar el corazón de Rodríguez. Como ya dijo Orozco después de su audición, sería un error que no estuviese en el programa. Un registro innovador, con un rollazo tremendo me hacen estar de acuerdo con la coach. Veo futuro en él más allá del programa.
