Mask Singer está a un solo paso de su gran final. La semifinal ha dejado muchos interrogantes en el aire sobre la identidad de los famosos que se esconden debajo de las máscaras, pero también ha tenido a dos desenmascarados de altura.
Erizo se terminó de descubrir con las pistas. Dejó claro que le gustaba componer y cantar diferentes estilos musicales. Como ya dijimos en anteriores ocasiones, nuestra apuesta más firme es Alejandro Sanz. Sin duda, el cantante ha dejado de lado su timidez para convertir a su máscara en una de las más queridas por el público. La pronunciación de muchas de las estrofas de su canción “Por la boca vive el pez” fueron inconfundibles.
Todo apuntaba a que debajo de Monstruita se encontraba la actriz Macarena Gómez, pero con su actuación y pistas, se sumaron nuevos nombres a nuestra cuenta particular: Malena Alterio, Susi Caramelo y Tania Llasera. Su actuación fue todo un regalo para los fanáticos del programa, ya que apareció la máscara de la primera edición, Monstruo.
A continuación, apareció el descabezado de la noche: Cocodrilo, bajo el que se encontraba Bertín Osborne, el cual es todo un acierto por nuestra parte, ya que llevamos apostando por su nombre desde hace varias galas. El artista siguió apostando por su voz polifacética experimentando nuevos estilos.
La invitada de la noche fue Ainhoa Arteta debajo de Paella. Se la puede catalogar de sorpresa máxima, ya que su apuesta por el pop de Meghan Trainor nos descolocó por completo.
En la otra cara de la moneda se encuentran los finalistas Plátano y Huevo. Plátano moduló su voz para interpretar “Chica Ideal” de Sebastián Yatra. Si no hubiésemos tenido el spoiler de Damián Mollá destapando a Juan Ibánez, diríamos que es Willy Bárcenas.
El gran interrogante de esta edición es Huevo. Su pista musical nos hizo ubicarla en la familia de los Flores, más concretamente en Elena Furiase o Alba Flores. En la siguiente gala por fin sabremos quien es. ¡Qué ganas!
