En pleno espacio interestelar, Natalia Lacunza sigue disparando música. La última canción, titulada “Nuestro nombre”, vio la luz el pasado 4 de diciembre.
Lo que más me gusta de este tema es su luz, llevada a cabo por un rescate de sonidos ochenteros que ni mucho menos quedan anticuados, sino como una remasterización, suenan más fuertes que nunca. Ayudan a impregnar de ritmo todas las fosas auditivas por las que pasan.
Desde la ilusión, se anima así misma a seguir manteniendo un cable a tierra pese a un adiós de un amor que se desgastó con el paso del tiempo. Si el amor no se cuida diariamente, difícilmente se va a mantener inmune a la cotidianeidad.
Vuela y camina por tierra, bella contradicción de la que nace un temazo como este.