Hay discos que tocan el alma. Es una frase muy común, pero cuando sientes que tu corazón se encuentra cómodo cuando la voz del cantante lo envuelve como la más cómoda de las sábanas, el disco ha cumplido su cometido.
Precisamente esto es lo que me sucede con “Todo lo que tengo” el segundo álbum de estudio de la cantante Marta Soto. Desde el pasado mes de mayo, es patrimonio de los melómanos amantes de la música de autor.
Se trata de un disco que derrocha madurez. La cantante andaluza apuesta por un sonido pop, envuelto por el oleaje de su raíz. Además, cada canción derrocha un elemento que hace falta en este momento de la vida más que nunca: el amor.
Muchas de las canciones ya las conocimos antes de la publicación del disco como los duetos con Bely Basarte o Miriam Rodríguez, así como “Si fuera por mí”, “Te pienso” o “Dirás”. Vamos a comentar las novedades de este álbum.
Entre ellas se encuentra “Esperanza”. Se trata de una canción que desprende luz que ciega todo mal vital. Además, canta a la pureza del amor con una verdad inexplicable. No solo hace vibrar el corazón, sino también la sonrisa.
Por otro lado se encuentra “No fue culpa de nadie”, una balada intimista que desborda un sentimiento que poco tiene de interpretación y mucho de realidad. La artista le llora al final de un amor, con magia en su garganta.
La cantante culmina con un toque de epicidad titulado “Todo lo que tengo”, que evoca a las habituales características de una banda sonora cinematográfica.
En definitiva, está destinado a ser uno de los grandes discos de 2022