Hay canciones que, en medio de la congestión, funcionan como el más agradable viento que nos recuerda que el sentido del olfato, al igual que el auditivo, nacieron para ser disfrutados. Poco a poco, se introduce dentro de tu ser, partiendo el pecho en dos partes e instalándose en medio de él como el mejor de los pegamentos. El proceso es lento, puesto que deja que disfrutes de lo que supone que una canción se convierta en himno de tu vida.
Este es el caso del nuevo adelanto del inminente disco de Vanesa Martín, “Placeres y pecados”. Desde el pasado 23 de septiembre podemos disfrutar de “Quién lo diría”.
Se trata de una canción sonriente, que funciona como bombona de vida que nos recuerda el carpe diem en los momentos más necesarios. La cantante se convierte en brújula, para cantarle a la inmensidad. Una vez más, la malagueña ha creado un auténtico mar de poesía.