El Dragón es un animal fruto de las fantasías humanas. Los cuentos tradicionales le pusieron como el antagonista que luchaba contra príncipes azules y princesas que necesitan ser rescatadas. Pero esos tiempos ya pasaron. Todos coincidimos al señalar que necesitan una reforma urgente y esta no se ha hecho esperar. Una madre de dragones como es Lola Índigo se ha convertido en la protagonista ideal del progreso narrativo y sonoro.
La artista granadina acaba de publicar su tercer disco, titulado “El Dragón”. De sus 11 canciones, que se despliegan como alas acogedoras, ya conocíamos 5 temas. Si quieres leer nuestra reflexión sobre ellas, te animamos a que te sumerjas en la inmensidad de Delirium Nostri.
Este disco representa un auténtico viaje sonoro, donde la electrónica, el reggaetón típico de Lola Índigo y el pop se funden como hermanos en un abrazo, sin que un sonido sobresalga por encima de otro y dejando que sea la unidad la que brille. Esta forma de trabajo se puede comprobar en un tema como “Turismo” donde la artista ha encontrado a un compañero de viaje ideal como es Sael.
El siguiente tema inédito es “Slowmotion”, una canción que aglutina pasado, presente y futuro. Tiene las maletas llenas de recuerdos de la era “Akelarre” y los lleva a la actualidad con el carisma y las artes seductoras de quien amaestra dragones y no se achanta ante su grandeza.
“El Dragón” no solo es el reflejo del progreso sonoro de Índigo, sino también el espacio donde la artista se luce con las letras. Ejemplo de ello es “Para olvidarme de ti” donde los guiños pop llueven con más facilidad que el agua del cielo. Sin duda, es una demostración absoluta de carisma.
Tras pasar por “Las Solteras” nos encontramos con un auténtico huracán titulado “Ultravioleta”, junto a Emilia, donde el poder femenino arrasa con los oídos y las caderas de quien las escucha. Y por si fuese poco este dueto, también podemos disfrutar de “El tonto” junto a Quevedo. Este tema es una de las colaboraciones del año.
Finalmente, “Dragón” es la canción que finaliza y humaniza el disco. Lola Índigo mece los corazones inquietos con su voz mientras abre las puertas de un bello paisaje. Es delicada pero infranqueable. En definitiva, la perfección elegida para finalizar el disco.