Si hablamos de cosas que nos tocan el corazón, tengo que destacar un libro que leí en mi adolescencia y que a día de hoy me sigue fascinando; hablo de “Heima” es hogar en islandés de Laia Soler.
En este relato se narra la historia de Laura, una chica que sufre de acromatopsia (esta enfermedad le impide distinguir los colores) y que tras el divorcio de sus padres, decide coger el primer avión que sale del aeropuerto y acaba en Reikiavik, Islandia. Allí conocerá a dos amigos que harán de guía tanto para Laura como para nosotros los lectores. Iremos paseando por las distintas ciudades que la isla nos ofrece y nos hará creer que estamos siendo participes de esa locura de viaje.
Hay un giro casi al final del libro donde una vieja leyenda islandesa se convertirá en realidad y a mi yo de 15 años, (y para qué engañarnos, a mi yo de 22 también) este giro que sufre el libro abordando temas de magia y de fantasía, me encanta.
No es solo un viaje turístico sobre un país nuevo donde veremos las auroras boleares, también veremos un cambio en Laura, hacemos un viaje hacia la madurez de esta.
Aunque este libro, debido a su toque fantástico, pueda parecer “juvenil” e “infantil” trata temas bastantes serios. Estamos con Laura junto a uno de los momentos que podemos catalogar como de los más complicados de su vida.
Se debate entre la situación que tiene en casa debido al divorcio de sus padres y quedarse a vivir en Islandia junto a sus nuevos compañeros de vida.
Este es un libro que me ha estado acompañando desde los 15 años y que a día de hoy sigue fascinándome y uno de mis sueños es viajar a Islandia y hacer el mismo viaje de Laura.