Un Sol abrasador no es motivo suficiente para limitar el fenómeno fan. Lola Índigo recibió a sus seguidores madrileños con los brazos abiertos en el centro comercial de Leganés, Parquesur. Un público de todas las edades con unos ojos relucientes de emoción, fueron la mejor definición del fenómeno de masas que supone Lola Índigo.
Un clima único dio el pistoletazo de salida al evento. La cantante y artista granadina es musa de muchas jóvenes promesas que no dudaron en descargar su arte durante la espera.
Con una agradable puntualidad que desvió nuestra atención de la calurosa situación climatológica, una estrella con acento del sur vestida de rosa cogió el micrófono llena de gratitud, deseando que sus seguidores se fuesen con un buen sabor de boca del centro comercial.
Tras atender a varios seguidores, el huracán Índigo se encendió y enloqueció a los presentes. Desenfundó el micrófono e impregnó de buen rollo el ambiente cantando “La Niña de La Escuela”. Como si de un concierto se tratase, todos corearon este tema, que, pese a tener pocos días de vida, ya tiene un hueco en el corazón de los presentes.
Con todas las medidas de seguridad sobre la mesa, la cantante supo llenar de ilusión el día de los asistentes, con sinceras sonrisas.
La pasión hizo temblar y desbocarse el corazón cuando decidió cantar “La Llorera”, para luego sacarlo a bailar con “Cash”.
Lola Índigo es especialista en guiar bailes eternos llenos de adrenalina y a veces de días grises. Gracias a eventos como este, enamora aún más si cabe a su público. Un artista es grande cuando sabe mirar con cariño a su público tanto desde arriba del escenario y como desde cara a cara de las firmas de discos.
