Hoy en Reflexiones de una Fan, nuestra protagonista es la actriz sevillana Belén Cuesta. Es una de las actrices más queridas del panorama cinematográfico, con lo cual, tiene toda nuestra admiración. Lleva desde el año 2008 en nuestras pantallas, motivo por el cual es de esas profesionales a las que, en las casas se la considera como un miembro más de la familia.
El momento en el que caló en mi vida de amante del cine fue en “La Llamada”, interpretando a la Hermana Milagros. El adjetivo campechano se la queda corto en este musical dirigido por Los Javis. Muestra una forma de amar sin límite, la cual hace falta más visibilizaciones con tanta delicadeza como la suya. Divertida, fresca y sorprendente.
Con el paso del tiempo llegó todo un referente en nuestras vidas como es “Paquita Salas”. Magüi (su personaje) es muy similar al personaje mencionado anteriormente. Define a la perfección lo que es la fidelidad y la amistad.
El papel que llevaría a la gloria sería en “La trinchera infinita”. Allí, fue capaz de desprenderse de su papel cómico para hacer alarde de su gran versatilidad. Este acontecimiento la daría un Goya como la mejor actriz protagonista. Años de lucha y trabajo fueron recompensados por la Academia de Cine.
“A pesar de todo”, no fue una película que brillase en su máximo esplendor en Netflix. Pero, ella consiguió ser elegante en su interpretación.
A expensas de la última temporada de La Casa de Papel, deseamos con todas nuestras fuerzas que su personaje, Manila, cobre fuerza e importancia en el último atraco. Una actriz tan grande, no puede estar tan infravalorada por la trama.
